martes, 27 de octubre de 2009

Imagino









Imagino una hermosa bóveda celeste colmada de nubes de algodón,
donde no haya contrastes, y ninguno te mire diferente,
que nadie sienta curiosidad de ver tus divinos ojos rasgados,
tus manitas que puedes doblar con destreza por la tonicidad,
tu lento circular con las manos al frente para no tropezar con objetos,


Un cosmos en el que todos los astros tengan un mismo resplandor,
donde se relacionen sin advertir las pequeñas diferencias
físicas; un sitio agradable rebosante de cordialidad,
que las cuestiones no sean ¿Que tiene? ¿Por qué no ve?
¿Así nació? Cambiarlas por ¿Cómo te llamas?
¿Quieres jugar? ¿Iras a mi fiesta? Seria tan simple todo…


Los chiquillos sienten curiosidad al verte pasar, tú no los ves,
pero te siguen con la mirada, se les hace interesante como te deslizas,
yo los observo, van y preguntan que si eres mi hija,
les contesto que si ¡Que eres mi estrella, la niña mas bella!